El ejercicio físico conlleva sin duda a una gran variedad de beneficios para reducir enfermedades mentales como depresión, ansiedad, trastorno por déficit de atención, por mencionar algunas. Sin embargo, al encontrarse una persona en este estado, probablemente hacer ejercicio, sea una de las acciones que más elimina o menos se contempla realizar por la persona que tiene el padecimiento, ya que se encuentra inmersa en los síntomas del trastorno mental.
Al saber las bondades del ejercicio, seguramente podrá encontrar la motivación para realizarlo. Pero es muy importante consultar a un especialista para realizar la actividad necesaria conforme a sus necesidades y objetivos.
¿Cómo se logran estos beneficios?
Al realizar el movimiento, el flujo sanguíneo irriga mejor al sistema neurológico y hace que éste genere sustancias químicas que producen la sensación de bienestar. Esto se logra a través del ejercicio aeróbico, como correr, nadar, andar en bicicleta, bailar. Por otro lado el ejercicio que tiene que ver con el estiramiento muscular, produce la relajación de los músculos y ayudan a liberar de las tensiones acumuladas.
Otro elemento muy importante generado que ayuda a la liberación de tensión, es la respiración, por lo que es un excelente complemento. Realizando ejercicio, ésta se acelera y se enfatiza.
Si ha vivido algún evento relacionado a depresión por ejemplo, la respiración se efectúa al mínimo, es decir, casi pareciera que la persona no está respirando. Con el ejercicio, la respiración se acelera, siendo muy benéfico para nosotros. Además nos permite en ocasiones exhalar con sonido, lo cual ayuda a una liberación de la tensión y en algunos casos de depresión que no tiene un antecedente orgánico, y a reconectarse con la fuerza que requiere para salir del cuadro depresivo.
En el caso de ejercicio que implica un movimiento con energía como en el box o karate, por ejemplo, se conjunta la fuerza de realizar el movimiento, la respiración y la expresión de sonido, siendo estos elementos de salud.
Otro elemento benéfico del ejercicio es que nos mantiene en el presente, en el aquí y en el ahora. La mente se conecta con los movimientos que se estén realizando, que con el pasado o futuro. La depresión puede llevarlo al pasado a eventos que han causado dolor, mientras que la ansiedad lo lleva al futuro, a sentir la incertidumbre de qué va a suceder el día de mañana ante alguna situación. Sólo con el presente se arraiga, es decir, tiene más claridad y firmeza en su persona.
Recordemos que…
Ahora bien, el ejercicio físico, no debe sustituir el tratamiento en el que se encuentra, ya sea que reciba medicamento por un médico, por un psiquiatra o se encuentre en una atención psicoterapéutica. Debemos recordar que el ejercicio es una acción paralela al tratamiento elegido.
No olvidar tampoco que mantenerse haciendo actividad física, le ayudará a mantenerse alejado de algún trastorno mental, de manera preventiva. Es recomendable incorporar el ejercicio a su vida diaria por elección y no como un “debería”, para que lo pueda realizar de forma constante y en pro de su vida.
Recupere la constancia hacia esta actividad que le traerá muchos beneficios a su vida.Y si ya la efectúa, bienvenida su constancia.
Con la colaboración de Angélica Gil Aragón, psicóloga egresada de la Universidad Nacional Autónoma de México con mención honorífica. Cuenta con más de 20 años de experiencia dentro del área de Psicología Clínica y es pasante de la Maestría en terapia familiar.
Autor: Lic. Angélica Gil Aragón