- Océanos Sin Plásticos” busca movilización masiva por la protección de los animales marinos, la salud humana y el medioambiente.
- Plantea una iniciativa ciudadana para reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos.
Con un posicionamiento público afuera del Senado de la República y otras actividades que se replicaron en 15 ciudades del país, Greenpeace México lanzó la campaña “Océanos sin plásticos. Detengamos a las empresas contaminantes”.
El objetivo de esta campaña es lograr una movilización masiva por la protección de los océanos a través del impulso de una iniciativa ciudadana que frene la contaminación por plásticos en México.
Greenpeace México invita a la gente a respaldar con su firma una propuesta ciudadana para reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR). Esta iniciativa pone el foco en la responsabilidad de las empresas y en prohibir los productos plásticos de un solo uso que generan residuos.
Hasta ahora, la legislación sobre residuos en el país no cuenta con los elementos necesarios para revertir esta situación; al contrario, su enfoque se centra en las ganancias económicas y en la gestión de los residuos como una mercancía. Esta situación ha impedido que la LGPGIR sea capaz de atender la emergencia ambiental y de salud pública que los desechos plásticos han provocado en nuestro país.
Se estima que 55% de las aves marinas, 70% de los mamíferos y 100% de las tortugas marinas han ingerido o se han enredado con plásticos. La contaminación plástica también afecta la salud humana: nuestra agua potable, los alimentos y la sal de mar contienen microplásticos que estamos consumiendo, incluso el aire que respiramos tiene partículas plásticas que inhalamos. En México, 75% de las muestras de agua tomadas (bebederos y embotellada) tenían fibras de plásticos, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Minnesota.
La iniciativa antiplásticos que impulsa Greenpeace está centrada en reforzar el carácter preventivo y de reducción de los residuos por encima de un modelo económico de gestión que incentiva su producción, para lo cual se establece una jerarquía en su manejo que prioriza medidas y políticas públicas orientadas a prevenir su generación.
Entre las medidas que se proponen en la iniciativa está la prohibición de los plásticos de un solo uso en todo el territorio nacional; facultar a las entidades federativas a llevar a cabo acciones de prevención de residuos, como pueden ser las prohibiciones; establecer la obligación de generar esquemas de reúso y de reutilización de envases y contenedores; y plantear programas que impulsen la venta a granel de los productos alimenticios y de limpieza doméstica y de higiene personal.
También se propone incluir la figura de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) para obligar a que las empresas fabricantes de los productos se responsabilicen de diseñarlos de tal manera que no se conviertan en residuos contaminantes y se hagan cargo de su gestión sin afectar la salud ni el ambiente. La propuesta también plantea quitar de la ley las falsas soluciones para la eliminación de residuos, como quemarlos para usarlos como combustible, ya que esto solo empeora la crisis ambiental y exacerba la producción de más basura.
Las iniciativas ciudadanas son una herramienta democrática que contribuye a que las personas ejerzan su derecho a participar e incidir en los asuntos públicos del país más allá de las votaciones electorales.
“Ante la crisis de basura plástica es inaplazable que la legislación de residuos ponga en el centro los derechos humanos, la justicia ambiental y la salud, como está establecido en esta Iniciativa ciudadana antiplásticos”, explicó la campañista de Océanos Sin Plásticos de Greenpeace, Ornela Garelli.
“Por años, desde la sociedad civil hemos buscado una reforma a la LGPGIR que no se ha logrado debido a la colusión entre el poder económico y el poder político, donde legisladoras y legisladores han priorizado los intereses de la industria plástica por encima del medio ambiente y las personas, es hora de que el poder legislativo haga su trabajo y para eso el poder de la gente, a través de la iniciativa ciudadana, les reforzará este mandato”, agregó.
En este llamado se suman a Greenpeace otras organizaciones de la sociedad civil. “Esta iniciativa antiplásticos, lanzada por Greenpeace, y que estaremos promoviendo juntas, es histórica, ya que con ella se podrá defender, desde un ejercicio ciudadano democrático, un marco regulatorio para el tema de residuos que evite su generación y que tenga una visión de protección a la salud, al ambiente y a los derechos humanos, en lugar de que proteja, como hasta ahora, solo los intereses económicos de las empresas, la industria y el mal gobierno” señaló Marisa Jacott, directora de Fronteras Comunes y parte de la Colectiva Malditos Plásticos.
Para presentar esta propuesta ciudadana al Congreso de la Unión, Greenpeace México necesita reunir al menos 200 mil firmas, las cuales se estarán recabando en módulos llamados “puntos azules” que se instalarán en diversos puntos de la Ciudad de México y otras ciudades al interior de la República.
En su sitio web greenpeace.mx se pueden consultar las ubicaciones y fechas de eventos para la colecta de firmas.